Sobre la muerte de una hermosa y joven mujer

No fue anunciado,
en realidad te sonié eterna
duenia de las noches y las estrellas,
te veia como una Diosa
descansando sobre mi almohada,
agitada bajo mi cuerpo
llorando y bailando
en cada encuentro.

Todavia te imagino,(en mis noches de soledad)
todavia siento tu risa,
tu aliento
embriagado de cerveza barata y ron
recorriendo los rincones
de mi felicidad
tus ojos encendidos y dolidos
de tantas miradas taciturnas.

...y después
el deseado recorrido por tu piel
beber tu miel,
saludar cada rincon de tu ser
llenarme de tu olor
olvidarme por un rato del rencor.

Pero como toda tragedia
siempre hay un final,
fue frio, blanco y eterno.

Corrio sangre por nuestras venas,
nos ensuciamos las manos,
dejamos huellas por todos lados
inocenentes victimas de la vida,
declarados culpables
por querer ser felices.

La muerte,
la jover y hermosa mujer,
y en el medio de la esena del crimen
la ilucion que de tu voz
y con el amanecer en proa
siempre vuelve a nacer.